viernes, 13 de marzo de 2009

DECLARACIÓN DE MUJERES INDÍGENAS ANDINAS Y AMAZÓNICAS


Teniendo como escenario el territorio del Valle de Chanchamayo - Satipo, las mujeres indígenas andinas y amazónicas, representantes de las regiones de Ayacucho, Callao, Huancavelica, Huánuco, Junín, Lima y Pasco, nos congregamos los días jueves 12 y viernes 13 de marzo de 2009 en el “Encuentro Macroregional Centro de Mujeres Indígenas Andinas y Amazónicas rumbo a la I Cumbre Continental de Mujeres Indígenas y IV Cumbre Continental de Pueblos y Nacionalidades del Abya Yala”. Con la finalidad de expresar nuestras preocupaciones, demandas y propuestas más sentidas, las mujeres de la Macro Región Centro,

AFIRMAMOS QUE:

• Nuestros territorios, recursos naturales y medio ambiente vienen siendo amenazados por las empresas transnacionales y desde los gobiernos de turno. Las leyes están siendo diseñadas para promover el saqueo de nuestros territorios a favor de las grandes transnacionales y empresas extractivas.

• Las mujeres indígenas vivimos en constante amenaza por culpa de las leyes que promueven la inversión privada en nuestros territorios, vulnerando nuestros derechos colectivos como pueblos indígenas. Como es el caso, de las concesiones mineras y energéticas (petróleo, gas); el intento de privatizar las aguas; las concesiones forestales; la promoción agresiva de la inversión en el cultivo de canola y otros agrocombustibles, que destruyen y contaminan nuestras tierras; conversión de nuestros suelos en infértiles por el uso de fertilizantes y químicos.

• Las mujeres indígenas andinas y amazónicas somos afectadas por la marginación, discriminación y exclusión. Esto se expresa en la falta de participación y de decisión de las mujeres en los diferentes espacios, desde el hogar, la comunidad, la organización. Por tanto es necesario una mayor atención a las mujeres indígenas para garantizar el respeto de los derechos de las mujeres de forma integral. Especialmente nuestro derecho a la educación; de manera singular en las familias andinas y amazónicas, donde se da más oportunidades a los varones para que estudien y dejan sin educación y en el analfabetismo a las niñas indígenas.

• Asimismo, somos afectadas por el “machismo” que, es una enfermedad impuesta por occidente que se manifiesta como un grave problema familiar y social en nuestros pueblos, comunidades y hogares. El pensamiento machista considera a las mujeres seres inferiores, por tanto no reconoce nuestros derechos, nuestras capacidades y se convierte en un obstáculo para nuestro desarrollo como mujeres, lideresas y madres. Sin embargo, tenemos que admitir que de manera consciente e inconsciente, somos nosotras, las propias mujeres las que reproducimos el machismo.

 
• En nuestras comunidades también se manifiesta la violencia familiar y la violencia sexual, que son enfermedades sociales; generan traumas irreparables en nuestros hijos e hijas y en nosotras mismas. Quienes somos víctimas de la violencia nos volvemos más inseguras, sumisas, temerosas y desconfiadas, sin capacidad de decidir, proponer y exigir derechos. Es necesario, seguir trabajando para “romper la cadena de la violencia” en nuestras familias, comunidades y en todos los espacios sociales donde nos encontremos.

RECHAZAMOS:

• Toda inversión privada que se promueva y/o ejecute en nuestros territorios sin previa consulta a nuestras comunidades y pueblos, como es el caso del mega proyecto de la hidroeléctrica de Pakitzapango en el valle del Ene-Satipo; de las empresas petroleras del Lote 108, 107 y el Lote 155 de la Selva Central; del Proyecto Toro Mocho con la transnacional Chinalco; la contaminación del  Lago Chinchaycocha; la contaminación de los ríos Apurímac, Ene, Mantaro y Perené; la contaminación de plomo en la sangre en la Oroya, el Callao y, en los lugares donde las empresas extractivas estén afectando la salud humana y ambiental.

La Ley que privatiza las aguas, por ser anticonstitucional y atentatoria de nuestros derechos colectivos y humanos.


DEMANDAMOS:

La constitución de un Estado plurinacional y multilingüe, que restituya el derecho de los  pueblos indígenas/originarios, comunidades campesinas y nativas, el derecho al ejercicio de su libre autodeterminación, derecho consuetudinario. Que nos permita recuperar nuestros derechos que son inalienables, inembargables, e imprescriptibles sobre nuestras tierras y territorios.

Demandamos la intangibilidad de nuestras tierras/territorios, que abarca el suelo, subsuelo, flora, fauna y agua.

Que se declare en emergencia las regiones de la macro centro por la crisis económica que sufren nuestros pueblos a causa de la baja en los precios de la fibra de lana de alpaca, ovino y de sus derivados (cuero, carne, queso, otros); el precio del café, el cacao y otros. Que serán mucho mas afectados por los Tratados de Libre Comercio que no deben aplicarse.

Demandamos la producción y consumo de nuestros productos andinos y amazónicos que garantizan la soberanía alimentaria. No al consumo de productos transgénicos importados.

Demandamos el derecho a la dignificación de las mujeres andinas y amazónicas, con la erradicación de los programas sociales que no permiten el desarrollo de capacidades productivas de  las mujeres. La reconversión de los programas sociales que apoyen las actividades productivas de las mujeres indígenas. Erradicar el machismo de nuestra cultura y de nuestras comunidades porque es una ideología externa a nuestros valores como pueblos originarios, que avala la violencia y el maltrato contra la mujer.

Que se aplique e implemente políticas de Estado para la erradicación de la violencia en todos sus niveles, y que promuevan de manera irrestricta la defensa de los derechos de las mujeres contra toda forma y clase de violencia psicológica, física y sexual; y discriminación y exclusión de las mujeres andinas y amazónicas.

Demandamos la Ley de la alternancia y su aplicación con la finalidad que se garantice la participación política de las mujeres, basada en las elecciones internas de las comunidades, respetando la igualdad de oportunidades entre varones y mujeres en la participación a todo nivel.

Demandamos la derogatoria de las leyes que criminalizan la protesta y exigimos que se eliminen los juicios de nuestros dirigentes injustamente procesados.

¡Basta de las concesiones y venta de tierras y territorios sin consultar a las comunidades andinas y amazónicas!
¡Basta del saqueo de nuestros recursos naturales, el agua, gas, petróleo y minerales!
¡La Ley que pretende privatizar el agua, no pasará!
¡Basta de producir agrocombustibles como la canola!
¡No a la contaminación de los ríos y los lagos!
¡Por la defensa de la vida y la biodiversidad!
¡Por el Derecho a la Consulta Previa e Informada!
¡Por la participación política de las mujeres indígenas en todos los niveles!

Satipo, 13 de marzo de 2009

domingo, 8 de marzo de 2009

Una Vez más Mujer


"Hombre, ¿eres capaz de ser justo? Una mujer te hace esta pregunta." (Comenzando con estas palabras, en 1791, Olympe de Gouges escribió la "Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana" ... fue guillotinada 3 años más tarde).

La dominación social que llamamos patriarcado ha tenido y tiene como principal y máxima perjudicada a la mujer, aunque debemos tener en cuenta que las víctimas de este modelo somos toda la humanidad: hombres y mujeres,  a niveles disparejos, claro está; del mismo modo son desiguales entre regiones, como también dentro de cada país, la ciudad y el campo, o entre las diferentes clases sociales. Desde la década de los 80`s la medida de actividad y el salario de la mujer comenzó a aumentar en todo el mundo, estas tendencias se acompañaron con progresos en las tasas de escolarización y alfabetización, contribuyendo a estrechar la brecha con respecto al cuadro masculino. En el marco de esta evolución y de la creciente urbanización el uso de anticonceptivos aumenta, el matrimonio se pospone, los índices de fecundidad disminuyen, reflejando así el resultado de las muchas luchas sociales, aunque este siga siendo incompleto y cuestionable.


Situación actual de la mujer en Perú:

Si bien el gobierno y sus representantes divulgan lo excelente que se encuentra nuestra economía, el afán del neoliberalismo ha profundizado la pobreza y desocupación en nuestro país: 44 % de mujeres viven en pobreza y 18 % en pobreza extrema,  8 de cada 10 analfabetos son mujeres, 165 mil estudiantes son madres o están embarazadas, 2 mujeres son víctimas de violación sexual cada hora, 18.000 al año, 9 mujeres son víctimas de violencia familiar cada hora, 8 mujeres mueren mensualmente en manos de sus parejas. Esta es la realidad femenina del Perú que no queremos ver, y que la peruana vive cotidianamente sometida a una doble opresión, la del sistema explotador y por otro lado, la marital doméstica que la denigra y embrutece.

Es en las zonas rurales donde la pobreza tiene efectos devastadores la desnutrición, la violencia familiar, la carencia de educación y la absoluta falta de asistencia médica hacen de la población femenina la más afectada, anula su participación política  y le exige mayores cargas de responsabilidad. Ella cumple paralelamente con sus roles de manejo comunitario, productivo y reproductivo, pero, inclusive dentro de la agricultura su labor aunque vital, es ampliamente subestimada: es generalmente conocida como  una de las tantas trabajadoras familiares no remuneradas.

Llamando la atención sobre la amenaza cada vez mayor de la globalización económica y la extracción masiva de recursos naturales Tarcila Rivera Zea, Directora de la ONG Centro de Culturas Indígenas del Perú, Chirapaq prioriza para la agenda feminista la justicia de género, la autodeterminación y la soberanía, junto con el derecho a los territorios ancestrales, a la propiedad intelectual y la identidad cultural. En muchas comunidades rurales las mujeres indígenas de base sienten temor a ser identificadas con el feminismo, ya que este es visto como algo negativo, se especula quieran imponerse y superar al género masculino; temiendo ser excluidas y perjudicadas, muchas de ellas todavía no tienen voz, siguen luchando por derechos humanos básicos  y son menospreciadas en su triple condición de mujeres, indígenas y en estado de pobreza.

Para un desarrollo sostenible de la sociedad, es indispensable lograr el total reconocimiento de los diferentes sectores poblacionales, rurales e indígenas; para ello, se deben crear políticas públicas que promuevan condiciones de igualdad de género, que permitan a ambos sexos el desarrollo de sus habilidades y que aumenten los niveles de competitividad y eficiencia en la administración de sus recursos.

Este es un profundo reconocimiento al papel heroico de las mujeres obreras, campesinas, trabajadoras, estudiantes, amas de casa e hijas; mujeres que cumplen toda esa ejemplar labor de manera anónima y en especial a las mujeres que abren brecha y roturan camino junto al pueblo, en pro de la emancipación de la mujer que solo será real y efectiva con la emancipación del proletariado y del pueblo, recuperando así los viejos ideales ilustrados de Libertad, Igualdad, Fraternidad para posibilitar su pleno desarrollo efectivo para toda la humanidad, porque mientras exista explotación en el mundo existirá la doble opresión de la mujer.

morgana